Dr. Sergio Andrés Criales Vera / Dr. Eric Kimura Hayama
El primer equipo de tomografía computarizada (TC) fue diseñado y construido en 1971 por Sir Godfrey Newbold Hounsfield en los laboratorios de investigación de EMI en Gran Bretaña. Desde entonces su evolución en las tres primeras décadas fue relativamente lenta aunque sostenida. Sin embargo en la última década éste ha sido vertiginoso.
De forma muy general, la TC se compone de un tubo de rayos X dirigido hacia sensores denominados detectores que registran la intensidad del haz de rayos X. El gantry contiene la mayor parte de los componentes del equipo y rodea la abertura central, en la cual el paciente se desplaza durante el estudio. Cada detector junto con el punto focal en el tubo de rayos X constituye un rayo y al cual mide su intensidad —la cual depende de la atenuación total que sufre al pasar por las diferentes estructuras del paciente— y de esta forma recolecta la información que se utiliza para generar la imagen.
Los primeros equipos de TC empleaban un haz de rayos X estrecho, denominado en “lápiz” (pencil-beam) y el tubo de rayos X provisto de cables, presentaba un desplazamiento horizontal para posteriormente girar hasta completar un giro de 360 grados, efecto conocido como de “translación-rotación” (1a generación). En su inicio únicamente estaban diseñados para la imagen de la cabeza, aunque en 1973 fue creado el primer tomógrafo para cuerpo entero, el cual además incorporó un haz más abierto y mayor número de detectores en los planos transverso y anteroposterior (ejes X e Y) (2a generación).
La denominada 3a generación creada en la década de los 80 y principios de los 90, constituyó un paso fundamental en la evolución de las técnicas de imagen por TC. Tres avances particulares:
- Haz abierto en “abanico” (fan-beam)
- Tubo de rayos X libre de cables y ahora montado en un anillo deslizante (slip ring) que eliminó la necesidad de regresar el tubo a su posición original después de cada rotación debido a los cables de energía eléctrica
- Tecnología helicoidal. Hasta entonces el volumen de exploración tenía que ser cubierto por adquisiciones axiales subsecuentes en la modalidad de “step-and-shoot” — ambas con un haz de rayos X amplio (fan beam).
Esta modalidad axial consumía mayor cantidad de tiempo debido a los lapsos en los que la mesa se desplazaba de una adquisición a otra y además era susceptible de omitir información en caso de cortes no contiguos. En la tomografía helicoidal, la mesa del paciente se desplaza de forma continua mientras se realiza la adquisición al mismo tiempo que el tubo de rayos X gira y avanza de manera continua sobre el eje cráneo-caudal del paciente (eje Z). Con la tomografía helicoidal se agregó el concepto del pitch, el cual relaciona el grosor del corte y la velocidad de desplazamiento de la mesa.
A partir del año 2000, grandes progresos en la TC han resultado en una mejoría radical en la velocidad de adquisición lo que ha expandido su uso, particularmente en la evaluación cardiaca y vascular. Gran parte del desarrollo se ha centrado no sólo en el incremento en los detectores dispuestos en el eje Z, sino también en la mejoría de la resolución espacial con detectores más pequeños y mayor resolución temporal a partir de incrementar la velocidad en el giro del gantry.
Con la TC multidetector (TCMD) la geometría del haz de rayos X cambió. Actualmente posee una conformación de cono tridimensional más que de un abanico bidimensional. La disposición de los detectores varía entre las casas comerciales:
- Fomentar el conocimiento de la patología cardiovascular al personal médico y técnico a través de herramientas profesionales de educación (presentaciones cortas, casos clínicos, revisiones bibliográficas, etc.).
- Mostrar técnicas y aplicaciones “Estado del Arte” en el ámbito de la TC cardiaca.
El efecto neto de la TCMD ha sido: mayor velocidad de adquisición —de extrema importancia en pacientes disneicos o inestables—, mayor resolución espacial y temporal, menor volumen de contraste, menor número de artificios, y menor dosis de radiación por área de exploración. Todo ello en conjunto ha permitido el nacimiento de la nueva era de la tomografía cardiaca.
Los protocolos de adquisición tomográfica basados en el trazo electrocardiográfico serán detallados en el apartado de “Protocolos”.