Dr. Darío Maida Urrea / Dr. Eric Kimura Hayama
En todo método de imagen cardiovascular no invasiva, las imágenes son adquiridas con sincronización electrocardiográfica, es decir, acoplar el equipo con el trazo del EKG y “gatillar” la toma de imágenes con una(s) parte(s) del ciclo.
Los estudios son sincronizados con el EKG de dos formas: 1) prospectiva y 2) retrospectiva. En ambas es indispensable que existan complejos QRS conspicuos y bien definidos. La distancia entre complejos QRS se denomina intervalo R-R, y éste se divide en segmentos porcentuales o en milisegundos. Por ejemplo, si la frecuencia del paciente es de 60 lpm, entonces el intervalo R-R es de 1000 mseg y cada segmento de 10% durará 100 mseg. La frecuencia cardiaca óptima para realizar un TC de arterias coronarias es menor a 60 lpm y las mejores fases de reconstrucción corresponden a la meso-telediástole (60-75% del intervalo R-R).
1) Adquisición prospectiva: Se caracteriza por la emisión de radiación durante un lapso limitado del intervalo R-R. Es decir, se utiliza sólo un fragmento del ciclo cardiaco para generar las imágenes. El operador decide la(s) parte(s) y cantidad del ciclo cardiaco (padding) que será expuesta a la radiación. El protocolo funciona con técnica de “step-and-shoot”: dispara en un segmento del primer latido y en el siguiente la mesa se mueve (latido 2), nuevamente se detecta un QRS y dispara el tubo (latido 3), en el siguiente se mueve la mesa (latido 4), etc., hasta que se completa el volumen de exploración.
Esta adquisición se prefiere en pacientes con frecuencias cardiacas bajas (60 lpm o menos) y estables (variabilidad <5 latidos). El resultado final es una reducción significativa de la dosis de radiación, pero al no incluirse la totalidad del ciclo cardiaco se limita la evaluación funcional y valvular, y la medición de los diámetros de cavidades y grosor de sus paredes.
2) Adquisición retrospectiva: En esta modalidad se emite radiación durante la totalidad de varios ciclos cardiacos, incluidas sístole y diástole máximas. Este tipo de adquisición permite cambiar entre fases del ciclo con el fin de evitar artificios de movimiento cardiaco. La principal desventaja es la mayor dosis de radiación debido a la radiación constante y por el mayor tiempo de adquisición, resultado del lento avance de la mesa, ya que el factor pitch oscila entre 0.2 y 0.3.
La tendencia actual es emplear protocolos prospectivos debido a su mejor perfil de seguridad radiológica, aunque existen formas de modular o reducir la dosis que permiten una disminución significativa de ésta en los protocolos retrospectivos (ver sección de “Radiación”), entre ellas la modulación basada en el trazo del EKG, en donde se reduce la corriente del tubo en las fases del ciclo cardiaco con mayor movimiento. La adquisición retrospectiva se emplea en el caso de frecuencias cardiacas no óptimas (>65 lpm), con <60 lpm pero con gran variabilidad (>5 latidos) o en el caso de pacientes con arritmias.
En ambas técnicas pueden aplicarse algoritmos de reconstrucción que no utilizan rotaciones completas del tubo (360 grados), sino rotaciones parciales —180 grados— con una mejoría significativa de la resolución temporal, hasta 70 mseg.
Finalmente, con el desarrollo de nuevos equipos con amplio volumen de cobertura por giro (256 a 320 detectores) y sistemas con doble fuente de energía, es posible obtener imágenes en menos de 1 segundo y con una significativa reducción de la dosis de radiación. Por ejemplo, con el empleo de protocolos denominados de pitch alto (factor pitch de hasta 3.5 —equivalente a una velocidad de desplazamiento de la mesa aproximada de 50 cm/seg—) es posible completar el estudio con menos de 0.5 mSv.
Este último tipo de protocolo es una mezcla de adquisiciones prospectiva y retrospectiva: prospectiva porque sólo se emite radiación en un pequeño fragmento de un sólo ciclo cardiaco, y retrospectiva porque existe desplazamiento continuo de la mesa durante la adquisición.