Dra. Minerva Betancourt; Cardiología Pediátrica Instituto Nacional de Pediatría.
La Endocarditis infecciosa (EI) es un proceso inflamatorio de etiología infecciosa que afecta al endocardio y/o las válvulas cardiacas. La incidencia global de la EI varía de 3 a 10 casos/100.000 personas ano, suponiendo en la población pediátrica 1/1.300 ingresos hospitalarios anuales. La mayor parte de niños con EI tienen factores de riesgo para la enfermedad, siendo el más importante la presencia de cardiopatías congénitas, presentes en el 35-50% de ellos.
La EI es el resultado de una serie de interacciones entre los agentes patógenos vehiculados por la sangre, el endotelio dañado, la fibrina y las plaquetas.
La superficie endotelial se lesiona por el flujo turbulento en niños con cardiopatías congénitas o por agresión directa de catéteres centrales en niños sin cardiopatía
Sobre el endotelio dañado se depositan fibrina, plaquetas y hematíes formando un trombo aséptico. Una bacteriemia transitoria, que puede ocurrir en niños normales, condiciona el depósito de agentes patógenos en el trombo con aposición posterior de más fibrina y plaquetas que aíslan el germen de las defensas del huésped permitiendo la proliferación rápida del agente infeccioso y la formación de vegetaciones
Los patógenos más comunes asociados con la EI en niños son Streptococcus viridans y Staphylococcus aureus (S. aureus).
Otros agentes menos frecuentes son Staphylococcus coagulasa negativo, Streptococcus del grupo A y B, Escherichiacoli, Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae.
En los niños con cardiopatías congénitas el mantenimiento de una buena higiene oral con visitas regulares al odontólogo es más eficaz que la profilaxis antibiótica convencional en cuanto a la prevención de endocarditis.
Los objetivos principales de la profilaxis antibiótica son los Streptococcus presentes en la flora oral.
La educación de los pacientes portadores de cardiopatías congénitas es primordial y se debe desaconsejar los procedimientos de perforación, especialmente en la lengua y las membranas mucosas, así como la realización de tatuajes. Si se llevan a cabo, deben realizarse bajo estrictas condiciones de esterilización, aunque no se recomienda la profilaxis antibiótica.
1.- Guía clínica para la prevención de la Endocarditis Infecciosa. J. Pérez-Lescure Picarzo, D. Crespo Marcos, F. Centeno Malfaz y Grupo de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas. An Pediatr (Barc). 2014;80(3):187.e1---187.e5.